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sábado, 25 de septiembre de 2010

Consejos prácticos para salones comedores modernos Parte-2

Consejos prácticos para salones comedores modernos Parte-2

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Parte 2 Pasos a tener en cuenta para la eleccion, diseño, distribucion y decoracion de un salón comedor moderno.

¿POR DÓNDE EMPEZAR?

Cuántas veces nos plantamos en medio del salón, imaginando cómo quedaría el sofá en otra pared o sustituyendo la librería por una butaca… Este ejercicio de planificación es el que requiere un proyecto. Analizar todos los aspectos y tener claras las soluciones, antes de elegir el mobiliario, es la clave del éxito.

Analiza el espacio

Objetivos: Cada casa es un mundo, por eso es fundamental analizar el uso que vamos a dar a la estancia para poder acertar con el mejor equipamiento. Ello supone tener muy claro si lo vamos a dedicar exclusivamente a zona de reunión o bien deberá integrar algún otro ambiente (como el comedor, un rincón de biblioteca o de descanso). El estilo de vida nos dirá si necesitamos más plazas de asientos o, en cambio, preferimos destinar más metros a almacenaje (con armarios aparadores o librerías).
Equipamiento: Con estos datos ya puedes hacerte una composición del tipo de mobiliario que vas a necesitar (butacas, número de sofás, auxiliares, etc.).
¿Obras?: Paralelamente,  puedes estudiar si te conviene hacer algún tipo de reforma, que te permita ganar unos metros en el salón. Lo más frecuente es eliminar algún tabique o hacer un cerramiento para ganar la terraza.

Haz un plano a escala

Con ordenador: Existen programas de ordenador que facilitan enormemente la labor, pues una vez introducidas las medidas de la planta, te permiten ver en tres dimensiones cómo quedarían las distintas composiciones y los diversos acabados de mobiliario en  tu salón.
A mano: Pero si no dispones de esta tecnología, puedes lograr un resultado similar con un plano a escala, realizado sobre un papel cuadriculado. No olvides representar las ventanas y puertas, radiadores, columnas o retranqueos en la pared. Después sólo tienes que recortar distintas figuras de sofás, auxiliares y muebles (también a escala), para poder jugar con ellas sobre el plano hasta dar con la mejor distribución.



A TENER EN CUENTA…

Iluminación: La clave consiste en prever el tipo de iluminación que vas a crear: para ello es fundamental decidir dónde van a ir los puntos de luz, de forma que cuentes con los suficientes enchufes (suele ser necesario hacer algunas regatas) o los focos halógenos.
Aire acondicionado: Analiza el sistema y decide si será necesario algún cambio en la instalación.
Comunicaciones: Ten en cuenta las entradas de las líneas telefónicas, sobre todo, si tienes pensado crear un pequeño rincón de trabajo integrado en el salón.
Audiovisual: La instalación de un home-cinema con varios altavoces requiere una atención especializada, que estudie la acústica de la sala. Tenlo en cuenta antes de iniciar el proyecto.



CLAVES DISTRIBUCIÓN

Lograr un ambiente agradable, relajante y funcional no es sólo una cuestión de colores, texturas o complementos, sino que también depende, en gran medida, del acierto en la distribución del espacio. Una buena planificación nos permitirá determinar la mejor orientación y el equipamiento más adecuado para disfrutar de un salón armónico y equilibrado.

Bien dimensionado

Una de las claves para lograr un ambiente armónico es acertar con las dimensiones del mobiliario: las piezas deben estar en correspondencia con la planta para lograr un conjunto equilibrado. Hay que evitar a toda costa que los muebles parezcan “encajonados” o, por el contrario, que resulten muy pequeños para una sala grande.

Zonas de paso

Para ello es fundamental concebir un salón con zonas de paso claras y diáfanas. Es importante poder cruzar todo el salón sin tener que salvar “obstáculos” o haciendo zigzags. La lógica nos lleva a dejar pasos abiertos entre puerta y puerta, y entre puerta y balcón. Estos “pasillos” deben tener una distancia mínima de 90cm., para permitir un tránsito cómodo.

¿Cómo lo oriento?

Cada salón merece un estudio riguroso, aunque la lógica lleva a situar el sofá, la pieza principal, en la pared más larga del salón. No obstante, hay otras consideraciones que pueden hacer variar esta norma. Cuando hay una chimenea en la estancia, la opción más clara es tomarla como eje vertebral, en torno al cual recrear el salón. En otras ocasiones, la intención de aprovechar las vistas al exterior pueden llevar a disponer el sofá frente a las grandes cristaleras, aunque no se apoye en ningún tabique.
TRES DISTRIBUCIONES:

  1. En línea: Es la disposición ideal para salones alargados y estrechos. Para completar la zona de asientos, conviene entonces escoger piezas ligeras, como pufs o banquetas, que se puedan retirar cuando no se utilizan. Al tratarse de espacios reducidos, es mejor elegir un pavimento que potencie la luminosidad.
  2. En “L”: Esta disposición, quizás la más frecuente, juega además un importante papel en la distribución, pues la zona corta de la “L”, formada por sillones o butacas, nos ayudará a delimitar el salón respecto al comedor, si están integrados en un mismo ambiente. Otra alternativa, más actual, es la que permiten los sofás modulares con rinconera.
  3. Dos sofás en paralelo: En salones amplios y cuadrados se puede recrear una cómoda zona de tertulia enfrentando dos sofás. En estos casos, se puede elegir entre un amplio abanico de soluciones. Quizás la más sobria consiste en enfrentar dos sofás idénticos, pero para dar mayor riqueza decorativa al ambiente bastaría con elegir dos tapicerías distintas. Esta distribución se puede “cerrar” visualmente con dos butacas o dos pufs, de forma que se configura un salón en “U”.

PIEZAS CON ESTILO

Un bureau antiguo heredado de los abuelos o una alfombra comprada en Marruecos… Cualquier pieza de mobiliario, incluso los auxiliares, contribuyen a definir el estilo del salón imprimirle su personalidad, así que es fundamental elegirlos con esmero y teniendo muy en cuenta tanto el espacio como las necesidades funcionales y de almacenaje.

Mesa de centro

A la hora de elegirla ten en cuenta varios aspectos. En primer lugar, su utilidad: si te falta espacio de almacenaje, elige un modelo con cajones o armarios, o incluso un baúl o arqueta que podrás utilizar, por ejemplo, como mueble bar. Si no tienes mucho espacio, elige un diseño sencillo y ligero, lo más bajo posible: son ideales los realizados en cristal, acero inoxidables o maderas muy claras. En un salón amplio, con grandes sofás, puede ser conveniente situar dos mesitas gemelas en lugar de un solo modelo excesivamente grande.

Mesitas auxiliares

Si el espacio lo permite, coloca una a cada lado del sofá. Son muy prácticas para dejar el libro o una taza de té, pero sobre todo son fundamentales para dar apoyo a las lámparas de sobremesa, que proporcionan la necesaria luz puntual  en el salón. Existen muchas alternativas a las tradicionales mesitas, según el estilo que quieras dar al ambiente. Para darle un toque clásico, opta por un velador o un revolving, que además te ofrecerá un espacio útil para libros o revistas.

Módulo TV

Los programas modulares suelen incorporar un espacio para el televisor, pero si optas por otro tipo de mobiliario tendrás que pensar en el mejor lugar para éste. Si no quieres que quede a la vista, elige un mueble persianero o con puertas correderas, que te permitan ocultarlo cuando no lo uses. Si la pantalla no es un problema, tienes muebles de todos los estilos o, lo más actual, soportes específicos (tipo columna, estantería, módulo) que permiten integrar todo el equipo audiovisual en un sola pieza.
CREAR UN RINCÓN DE LECTURA
Crear un rincón propio, íntimo y agradable, para disfrutar de un buen libro es un lujo alcanzable. En realidad, no se necesita un espacio mayor de 150x150cm.; eso sí, hay que procurar que esté situado junto a una entrada de luz natural. Una butaca reclinable, una mesita auxiliar y un punto de luz adecuado serán suficientes.



EL SOFÁ

La adquisición del sofá no suele ser una decisión fácil. Nos debe entrar por la vista: por sus formas mullidas o sus líneas estilizadas, y por la textura y el color de su tapicería, pero también debe responder a unos criterios de ergonomía y resistencia, que garanticen un uso cómodo y una larga durabilidad.
DECÁLOGO PARA ACERTAR CON LA COMPRA

  1. Medidas: Cuando vayas a la tienda, deber tener muy claras las medidas. Allí, en un espacio amplio y de techos altos, se verán más pequeños. Fíjate tanto en la largura como en la profundidad.
  2. Estilo: Las líneas del sofá definirán el estilo del salón, así que es fundamental saber qué tipo de ambiente queremos recrear. Para ambientes clásicos, puedes decantarte por piezas de respaldos bajos, brazos curvados, patas de madera y tapizados en capitoné o estampados. Los diseños más actuales se caracterizan por las líneas más depuradas –muchos son prácticamente rectilíneos-, la ausencia de detalles, las patas metálicas y las tapicerías lisas.
  3. Color: El sofá puede ser un buen punto de partida para iniciar la decoración del salón, así que podrás elegir el tono que más te guste, y a partir de ahí realizar los coordinados con el resto de textiles y las paredes. No obstante, lo ideal es tener claro, como mínimo, la atmósfera que deseas recrear en el salón y la paleta cromática para ir sobre seguro. Ten en cuenta que los sofás de tejidos claros ayudan a aligerar visualmente las piezas muy voluminosas.
  4. Comodidad: El único modo de comprobar si un sofá nos resulta cómodo es probándolo. Así que tómate tu tiempo. Lo ideal es que no resulte ni excesivamente duro, ni blando. Ello depende básicamente del relleno: los hay de pluma, muy confortables pues se adaptan a la forma del cuerpo y después se recuperan. Los de espuma son mucho más económicos, pero también más rígidos; también se halla una versión intermedia, que mezcla ambos materiales. Lo último son los rellenos de látex, con propiedades antialérgicas e indeformables.
  5. Resistencia: Aunque te enamoras de su forma y su tapicería, es importante que tengas en cuenta su “esqueleto”, pues de él dependerá su resistencia y, por tanto, su duración en buen estado. Pregunta por el armazón: los más habitual es que sea de madera; si es así, comprueba que tiene una pata central que sostenga el larguero. Los más resistentes, pero también más caros, son los de acero.
  6. El bastidor: Las bases realizadas con muelles de acero y cinchas elásticas cruzadas son mejor solución, pues evitan que ceda por el centro. Otra opción son las cinchas de caucho entrecruzadas, pero resultan menos resistentes.
  7. Estampados: Los motivos grandes y vistosos centrarán toda la atención en la pieza y marcarán mucho la decoración. Una buena opción consiste en elegir una tapicería lisa para el sofá grande y reservar los estampados más vistosos o de colores más intensos para los asientos secundarios: biplazas, sillones o pufs tapizados.
  8. Tapicerías: Si se trata de una casa con niños, una buena idea es elegir una tapicería tratada para repeler las manchas. Por otra parte, ten en cuenta que el tipo de tejido deberá variar en función de si deseas recrear un ambiente cálido y envolvente o más fresco y luminoso. En el primer caso, son ideales los terciopelos, la pana, la chenilla o la alcántara, mientras que para el segundo serán buena elección los tejidos de algodón, como la loneta, o la piel.
  9. Fundas: Encargar unas fundas a la medida es la solución más práctica y eficaz para alargar la vida del sofá. Otra ventaja de las fundas es que permiten renovar la imagen del salón por muy poco dinero: puedes elegir una de un tejido fresco y en tonos alegres, para el verano; y otra, más cálida y sobria, para el invierno.
  10. Combinar dos sofás: Es una opción muy decorativa, pero para acertar conviene elegir dos modelos que mantengan la unidad de estilo y que tengan una altura de respaldo muy similar. Una buena idea es combinar un diseño liso con otro que muestre un sutil estampado, en la misma gama de color.

LOS SOFÁS MÁS FUNCIONALES

Los modernos diseños, además de ser atractivos y cómodos, aportan un plus de funcionalidad, con soluciones “a la medida”. Los reyes de la versatilidad son los programas modulares, pero le siguen de cerca los modelos que incorporan algún plus, como mesitas auxiliares o librarías.

Modulares

Los programas modulares son el súmmum de la versatilidad, pues se diseñan “a la carta”, en función de las necesidades y el espacio disponible. De este modo, se puede elegir entre los acabados más diversos, no sólo en lo que se refiere a colores y tejidos, sino también en la estructura. Así, por ejemplo, si no hay espacio para un segundo sofá, resulta muy práctico elegir un diseño con chaise-longue, que permite estirarse o bien ganar una plaza de asiento cuando es necesario. Otra de las opciones más habituales es conformar un sofá con rinconera, de forma que se aprovechan al máximo los metros disponibles. Y para los que quieren la máxima comodidad, existen firmas que permiten incorporar algún módulo con el respaldo reclinable o bien algún accesorio, como bandejas o contenedores.

Con mesas integradas

El diseño moderno avanza hacia la integración de varios elementos en uno, para garantizar la máxima comodidad. En el caso de los sofás, una de las grandes innovaciones se halla en la incorporación junto a la zona de asientos de una práctica mesita, que suple a la clásica auxiliar.

Sofás-Cama

En pisos pequeños, los sofás-cama son una solución a tener en cuenta, pues permiten ganar un “dormitorio” para las ocasiones especiales. Los nuevos modelos han mejorado considerablemente respecto a los primeros, y garantizan la máxima comodidad tanto en su versión asiento, como en cama. Otra posibilidad son las butacas, que permiten ganar una cama individual; un modelo con ruedas, para poder montarla fácilmente.

CON  ESTANTERÍAS

En la misma línea, y con objeto de ofrecer diseños polivalentes, que proporcionan una doble función, encontramos sofás dotados de librerías en ambos lados. Sin duda, una forma original y práctica de ganar espacio de almacenaje en el salón.
UN CHILL-OUT  EN CASA
Para recrear un ambiente muy actual y joven en el salón, hay propuestas novedosas. Una podría ser un programa modular, de marcada influencia oriental, por tratarse de módulos muy bajos, con ausencia de patas y con alegre estampado floral. La comodidad está garantizada si, además, ponemos cojines mullidos.



COORDINADOS

Rayas, cuadros, flores, motivos naturales… Atreverse con los estampados y los coordinados textiles es, quizás, la asignatura más difícil de la decoración, pero también la más gratificante, pues proporciona ambientes ricos y dinámicos. Te damos las claves para no sucumbir ante el intento.

Reglas de ORO

  1. Además de los sofás, los cojines y las cortinas, a la hora de establecer los coordinados deber tener muy en cuenta el color de las paredes y el suelo, así como las alfombras o detalles como las pantallas de las lámparas. Sólo así conseguirás que el conjunto desprenda una gran sensación de continuidad decorativa.
  2. Coordinados no tienen por qué jugar siempre con el color o la combinación de estampados y lisos. Una forma sencilla de enriquecer el ambiente del salón consiste en contrastar tejidos de muy diversas texturas; no hay problema en combinar telas naturales como el algodón, el lino o la chenilla, con otros más sofisticados como el terciopelo, la seda o el raso. Los distintos matices de las telas crearán un interesante contraste.
  3. Para no correr ningún riesgo con los coordinados, apuesta por las colecciones completas que ofrecen las firmas textiles (con estampados diversos y distintos tonos lisos a juego). En muchos casos incluyen, además, el coordinado en papel pintado.

Sin excesos

Para lograr ambientes armónicos y serenos se recomienda restringir la paleta a dos o tres tonos. La regla para lograr un buen coordinado es que cada tela mantenga  una de las tonalidades dominantes. De este modo se podrán combinar, sin miedo a equivocarse, todo tipo de estampados (rayas, topos…).
Toque de color
No obstante, si quieres dar una mayor viveza al ambiente y ganar en riqueza decorativa, es interesante introducir en la paleta de color un tono más vivo e intenso. Para acentuar la sensación de unidad, conviene que el nexo de unión sea un color claro y neutro, como el blanco, el gris perla o el crudo.

Estampados grandes

Los estampados con motivos grandes sólo están indicados en estancias amplias, pues pueden saturar el ambiente. Del mismo modo, requieren piezas amplias, como unas cortinas o un sofá, que permitan ver bien la totalidad del dibujo. En general, los estampados oscurecen un ambiente, por lo que requieren una gran entrada de luz natural.

Serenos

Para recrear una sensación de mayor amplitud en salones pequeños, conviene decantarse por tejidos lisos o con motivos muy pequeños, pues resultan más ligeros. Asimismo, un buen truco para conseguir ampliar ópticamente el espacio consiste en unificar todo el ambiente en un solo color, dentro de una gama suave y luminosa (blanco roto, gris perla, arena…).



JUGAR CON EL COLOR

Los colores transmiten sensaciones e influyen en nuestro estado de ánimo, por eso es tan importante elegir bien la gama cromática que va a dominar en el salón, la estancia de la casa donde pasamos más horas.
Los colores de las tapicerías son la clave para lograr la atmósfera que deseas: fresca, cálida, serena o dinámica.

  1. Beiges y cremas: Son tonos suaves de una gama cálida y luminosa, por lo que suelen ser una apuesta segura. Crean ambientes serenos y armónicos. Combinan bien con los tonos tierra, y la paleta más suave de rojos, naranjas o azules. Permiten realzar cualquier variedad de madera.
  2. Rojos: Es una gama que transmite mucha energía y calidez. Si el salón es reducido, conviene limitarlo a los complementos, pues en exceso puede saturar el ambiente. Combina bien con maderas claras o decapadas, y con textiles blancos, crudos, piedras o arenas. Con verdes, dan un toque rústico.
  3. Malvas: Recrean ambientes livianos y románticos. Los tonos más intensos combinan bien con los grises, piedras y verdes, aunque se pueden buscar alianzas más atrevidas con el amarillo o el naranja. Los malvas y berenjenas quedan perfectos en tejidos frescos y naturales, como el lino o el algodón. Son tonalidades frías que conviene compensar con gamas cálidas.
  4. Azules: Es un color sereno y relajante, que ayuda a configurar una atmósfera liviana y fresca. Los textiles azules combinan bien con el blanco y crudos, con los cuales forman un tándem muy mediterráneo. Los coordinados dependen de la tonalidad: los más suaves combinan con tonos pastel (rosa, verde manzana, gris perla); en cambio, los oscuros coordinan con grises oscuros, berenjenas o fucsias.
  5. Verdes: Transmiten una gran sensación de frescor y tranquilidad. Son tonos fáciles de combinar, pues en su composición incorporan parte de frío (azul) y de cálido (amarillo). Así pues, se puede aliar con marrones, blancos, crudos o berenjenas… Las tonalidades intensas funcionan mejor con maderas claras, mientras que las más pálidas realzan cualquier variedad.

Tres esquemas

Ambiente armónico: Sin duda, la mejor opción para recrear una atmósfera sosegada y relajante, es optar por un esquema tonal. Se consigue combinando distintas tonalidades de un solo color en toda la estancia, tanto en textiles como en complementos.
Con un foco de interés: Una buena solución para crear un ambiente dinámico sin sobrecargarlo, es seleccionar una pieza para crear un foco de interés. En un salón con los sofás blancos resultará acertado contrastar una moderna butaca negra. También se puede optar por una chaise-longue con un estampado atrevido o bien elegir dos butacas de estilo clásico, con un tejido rico como un terciopelo en un color intenso como el burdeos o el verde.
De contraste:  Este esquema da lugar a ambientes alegres y dinámicos, que transmiten una gran energía. Se puede ceder todo el protagonismo a los coordinados textiles, combinando una amplia gama de colores, desde el fresa y el rojo, hasta el azul o el verde. Para no recargar el ambiente, se puede crear un telón de fondo blanco y elegir piezas de mobiliario de líneas rectas y auxiliares ligeros, de PVC o con la estructura metálica.



ELEGIR EL MUEBLE

A su papel como centro de reunión, el salón ha añadido nuevas funciones que incrementan las exigencias de equipamiento. El mobiliario debe responder a múltiples usos, desde albergar el televisor hasta ofrecer capacidad de almacenaje y decorar.

Ante todo funcional

Antes de elegir el mueble para el salón, decide qué uso vas a darle. Si vas a guardar en éste libros u objetos pesados, deberás elegirlo robusto y con baldas sólidas y cortas para que no se curven, mientras que si sólo se trata de objetos decorativos ligeros, puedes optar por materiales como el cristal y diseños volados con soportes invisibles.

Ligeras estanterías

Ligeras y muy funcionales, las estanterías deben responder a nuestras necesidades de ordenación, por lo que han de ser de un material resistente y adecuado al peso que vaya a soportar. Pero, al mismo tiempo, tienen que adecuarse al estilo de la estancia, ya sea integrándose y pasando desapercibidas o convirtiéndose en un elemento protagonista.

Elegantes Boiseries

En salones clásicos, una excelente opción es instalar una boiserie, una estantería de estilo clásico –de obra o madera natural- que, normalmente, ocupa toda la pared del suelo al techo y suele integrar una chimenea en el centro. Esto, unido a su estilo, con molduras y remates, confiere a la estancia una atmósfera elegante y sofisticada.

Bien integrado

Si buscas un salón lleno de luz y con un ambiente natural, combina varias piezas en acabado blanco piedra e incluye un elemento bajo para el televisor y sus accesorios, módulos de almacenaje abiertos y cerrados y una vitrina volada que aportará ligereza a la composición.
¿MODULAR…
La versatilidad de los sistemas modulares para el salón ha llegado a tal punto que ya es posible realizar composiciones prácticamente a medida. Los completos programas de mobiliario de distintas firmas no sólo proporcionan una oferta siempre creciente de módulos por dimensiones –con varias alturas, anchuras y profundidades distintas para cada elemento- sino también acabados. No obstante, si bien el principal atractivo de las propuestas modulares es su libertad formal, no puede negarse la corriente hacia los diseños minimalistas y de marcada horizontalidad. Depurados y capaces de integrarse en cualquier ambiente, son perfectos tanto para espacios reducidos como para los entornos diáfanos.
… O EXENTO?
A pesar de su gran flexibilidad compositiva, los sistemas modulares a base de estanterías y elementos cerrados pueden llegar a resultar visualmente pesados. Además, no son demasiado adecuados para ambientaciones tradicionales. En estos casos, una buena alternativa la protagonizan los muebles exentos, ya sean vitrinas, librerías o aparadores. Los hay de todos los estilos, desde los más innovadores, con sistemas de puertas incluso sin tiradores –de apertura por presión -, con superficies continuas que pasan desapercibidas al tiempo que garantizan una gran capacidad interior, hasta piezas clásicas en madera maciza, de sólidas formas y acabados artesanales con volutas y molduras.



SI TU ESTILO ES… ACTUAL

Una vez que hayas decidido el número de piezas que conformarán el salón, queda por decidir su estilo decorativo. Si buscas un entorno despejado, con predominio de líneas rectas y formas depuradas, el tuyo es, sin duda, el actual.
Formas envolventes y ergonómicas son las protagonistas de las butacas de vanguardia.

Sofás y algo más

Los nuevos sofás incorporan partes móviles, capaces de transformar los respaldos reclinables en asientos adicionales o en mesas auxiliares. A ello, hay que añadir extras que aportan valor añadido al sofá, como la capacidad de almacenaje interior y los auxiliares integrados.

Pura geometría

Los elementos de instalación volada y limpias formas geométricas, que aprovechan la altura de la pared sin saturar, son otra de las tendencias al alza, sin olvidar los flexibles paneles murales con fijaciones ocultas.

Acabados a la última

La tendencia actual apuesta por las chapas de madera natural, en wengué, teca y otras variedades exóticas, aunque también por el roble blanqueado o tintado. El vidrio coloreado –sobre todo para los frentes- y los lacados son la otra gran apuesta: en una gama de colores prácticamente inacabable y con superficies matizadas o de alto brillo.

Una nota de color

Violetas, fucsias, magentas, azules y verdes en sus versiones más saturadas y siempre en superficies lisas protagonizan la paleta más contemporánea. Dada su intensidad, conviene reservar estos tonos para piezas escogidas y compensarlas con un entorno diáfano y luminoso, en el que predomine el blanco o los tonos neutros.
¿SABÍAS QUE…
…Los elementos versátiles y de doble uso son los aliados perfectos para crear distintos escenarios según el momento y crear una sensación de amplitud? Mesas nido que multiplican su superficie, modelos con sobre elevable y capacidad para guardar…



SI TU ESTILO ES… CLÁSICO

El refinamiento y el lujo de una decoración clásica otorgan un aspecto suntuoso al hogar. Una ambientación clásica destaca por su elegancia y por una selección de muebles trabajados, artesanales y nada convencionales. Todo ello para crear un marco cálido y acogedor que transmita una estética sofisticada y atemporal.

Pura calidez

Una de las tendencias del momento en interiorismo es el romanticismo, que propone ambientes cálidos y acogedores que invitan al sosiego. Reivindica una mirada hacia el pasado nada anticuada, ya que propone acabados novedosos, como las pátinas grises o coloreadas, el pan de plata o las lacas negras mate.

Piezas antiguas

Un interior clásico se caracteriza por su decoración trabajada y singular, a base de materiales y acabados que aportan confort y calidez. Para ello, emplea una paleta cromática basada en rojos, granates, verdes y marrones, con textiles suntuosos, de estampados tradicionales en confecciones sofisticadas y muy elaboradas.
El capitoné es una de las señas de identidad del estilo clásico. Si quieres darle un aire más actual, resérvalo para unos pufs o combínalo con una tapicería actual.

Delicadeza formal

Las formas curvas y envolventes no sólo son confortables, sino que ayudan a crear ambientaciones con un suave estilo clásico. Brazos y patas torneados y tapicerías estampadas son el mayor exponente de las piezas de este estilo, del que es claro exponente el sofá.
JUGAR AL CONTRASTE
¿Quién puede resistirse al encanto de un mueble con siglos de historia a sus espaldas? Para que puedas disfrutarlos, aunque prefieras una decoración más actual, ten en cuenta que los detalles clásicos e incluso barrocos no sólo tienen cabida en un salón depurado o minimalista, sino que le aportan una riqueza decorativa basada en el contrapunto entre ambos estilos.
Un acierto seguro es crear un rincón de estudio de sabor antiguo o alternar entre los sofás de líneas rectas un pequeño diseño de dos plazas de estilo Luis XV tapizado en una tela elegante y actual. Aunque, si prefieres una pieza más vanguardista, recurre a un clásico como es el confidente.



SI TU ESTILO ES… RÚSTICO

Los muebles rústicos destacan por su aire antiguo o envejecido, así como por el uso de materiales nobles y naturales poco tratados, como la madera con acabados a la cera o al aceite, el mimbre o cualquier otra fibra vegetal. Perfectos para casas de campo, puede resultar simples o sofisticados, según de los complementos.
Las alacenas con tela de gallinero son uno de los muebles más característicos del estilo rústico.

Alrededor del fuego

La chimenea es un elemento imprescindible del estilo rústico. En torno a ella se crean rincones de tertulia arropados por textiles coordinados tanto entre ellos como con las cortinas e incluso con el papel pintado de la pared. Los estampados suelen representar la naturaleza y la vida en el campo, así como cenefas florales de aire tradicional.

Sabor de ayer

La personalidad del mueble único y elaborado artesanalmente es el gran acierto de los salones de aire rústico, que reflejan una forma de entender la vida, que busca recuperar el sabor de la tradición y rodearse de objetos “vividos”. La madera maciza es el material por excelencia, ya que envejece con estilo, junto a la forja de hierro.

Aire provenzal

A menudo empleado como sinónimo del rústico, el estilo provenzal posee determinados matices que lo hacen más liviano y luminoso. Frente a los muebles macizos de fuerte peso visual, propone piezas más ligeras, aunque siempre con un toque artesano. También es más colorista, ya que apuesta por estampados frescos y vivos.

Personalizado

Eminentemente práctico, aunque sin por ello olvidar el confort, el estilo clásico y refinadas antigüedades como con piezas exóticas de aire colonial, por lo que resulta muy versátil y fácil de renovar.



SI TU ESTILO ES… COLONIAL

El mueble colonial es el resultado de la mezcla de culturas de Oriente y Occidente. Dos visiones que se funden  en piezas únicas y espectaculares. Concebido inicialmente como equipamiento de exterior, los materiales que lo componen proceden directamente de la naturaleza: madera, bambú, algas, cuerda, rafia…

Equilibrio formal

Aunque la calidez de la madera es vital en un salón colonial, conviene compensarla con otros elementos de acero o forja para evitar un entorno demasiado monótono. Basta aplicarlos en forma de pequeños detalles: remates en mesas o sillas, adornando sutilmente una lámpara… Ya sea en versión brillante o matizados.
Las piezas actuales de líneas rectas se avienen con la solidez y la elegancia de los muebles de sabor colonial.

Mestizaje cultural

La sobriedad, la innovación en el diseño, la pureza de líneas y la modernidad que aporta la cultura occidental, combinada con los materiales, las técnicas artesanales y los acabados exóticos propios de Oriente dan lugar a piezas de una estética exquisita, ricas en matices y con una fuerte personalidad. El resultado son ambientes relajados al tiempo que sofisticados y elegantes, perfectos tanto para estancias interiores como para salones al aire libre, ya que los muebles están realizados en maderas tropicales, como la teca, muy ricas en aceites naturales, que les confieren protección frente a la intemperie.

Textiles naturales

Para suavizar la robustez de este tipo de muebles, se aconseja utilizar textiles y complementos de colores pastel y tonos claros como el blanco y el crudo. Los tejidos naturales como el lino, la seda y las fibras vegetales son los más utilizados en el estilo colonial, sobre todo en acabados lisos o en diseños de rayas, más étnicos. Para las alfombras se proponen piezas tejidas a mano en materiales naturales y voluminosos como el yute, así como pieles de animales, que aportan una nota más exótica. Para las cortinas, las mejores son las livianas caídas, a la manera de las mosquiteras, que no interfieran en el paso de la luz.

Étnico CHIC

Si te gustan los muebles exóticos pero no quieres un ambiente totalmente integrado por ellos, apuesta por combinarlos con piezas como un sofá tapizado en piel de vaca rectificada y pigmentada con unas patas metálicas y estilizadas.



IDEAL PARA SALONES PEQUEÑOS

Cuando no sobran los metros, es necesario hacer un esfuerzo de planificación para aprovechar al máximo cada centímetro disponible. Existen muchas soluciones que permiten sacar el partido de rincones insospechados o doblar la capacidad de almacenaje. Es cuestión de imaginación y  practicidad…

Sofás y butacas

En un salón de dimensiones reducidas es fundamental no saturarlo con piezas voluminosas. Es preferible jugar con distintos tipos de asientos de líneas ligeras. Ten en cuenta la posibilidad de combinar butacas con sillas con brazos, pufs o bancos de obra.
Combina sofás con butacas y sillones ligeros para no cargar el espacio del estar.

Estanterías

En el salón se podrían diseñar dos estanterías empotradas en la pared: una solución ideal porque no “come” metros útiles. Para conseguir que las dos librerías se integren perfectamente en la estancia, se pintan con el mismo tono blanco de la pared. Para destacarlas, bastaría con darle un color diferente a los marcos y la trasera. Otra posibilidad es recurrir a diseños ligeros y prácticos como puede ser una biblioteca con doble fondo ofreciendo mayor capacidad de almacenaje.

Muebles de obra

De pladur, escayola, o albañilería… Los muebles de obra son una alternativa interesante en salones pequeños. Ten en cuenta que esta solución te permitirá dar una respuesta concreta a todos sus requerimientos de almacenaje (puedes combinar armarios con cajones o baldas, según tus intereses).

Ganar armarios

En un salón pequeño es importante tener piezas de mobiliario que nos aporten una gran capacidad de almacenaje. Un mueble bajo, o una estantería alta, entre dos pilares, te ayudarán a conseguirlo, sin restar amplitud visual al ambiente.
Gana espacio de almacenaje en vertical con baldas y estantes de formas decorativas.
Formas geométricas: Una forma sencilla y actual de aprovechar es espacio que ofrece la pared, sin saturarla, es con estantes y baldas de líneas geométricas.
Los sistemas modulares: Ofrecen una gran capacidad de almacenaje y se adaptan a las dimensiones del salón. En la actualidad existen diseños muy ligeros, concebidos para no recargar visualmente el espacio.

Dos funciones en una

Si no sobran los metros vale la pena en invertir en muebles polivalentes:
Mesas con secretos: Existen diseños que ofrecen una buena capacidad interior para revistas, libros, etc.
Baúl o arcón: Puede servir como botellero o para guardar las fundas o cojines de otra temporada.
Bancos de obra: Una buena forma de ganar asientos en un salón pequeño es diseñar un banco corrido a lo largo de una pared, con asiento elevable. Así podrás aprovechar el hueco interior como si de un armario se tratara.



DECORAR CON LA LUZ

El salón es el lugar de encuentro y relajación por excelencia de la casa. Por eso, requiere una iluminación estudiada que lo convierta en un lugar acogedor. Como regla habitual, hay que combinar de forma equilibrada la luz general, la de ambiente, suave y poco agresiva, y algunas fuentes de luz puntual que realcen zonas.

Iluminación cálida

El salón requiere una iluminación que refuerce la sensación de confort y sosiego. Para ello, opta por una luz general que parta de una lámpara central, luces de ambiente que se encarguen de aportar una mayor intimidad al estar y eliminen las zonas de penumbra y, por último, focos puntuales para zonas como el rincón de lectura o de despacho.

Ganar confort

Para paliar el cansancio visual que provoca ver la televisión, dispón una iluminación que suavice el contraste que se produce entre la luz emitida por el aparato y la oscuridad de la estancia y evite los reflejos de la luz en la pantalla. Iluminar el espacio situado tras el televisor o colocar una luz difusa enmarcando la pantalla plana son buenas opciones.

Crear ambiente

Las pantallas de las lámparas atenúan la intensidad de la luz incandescente y evitan deslumbramientos, al tiempo que ayudan a integrar la iluminación en la decoración del salón. Los materiales más habituales son el vidrio matizado, la tela, la seda, el cartón, el algodón, el lino, el plástico e incluso el papel, aunque también las hay de pergamino, rafia, etc.

Luz puntual

Para sacar el máximo partido a un rincón de lectura o trabajo, recurre a una luz puntual que ilumine de forma directa la zona. Las lámparas de sobremesa y las de pie, articuladas o no, son la mejor opción en este caso.
Los leds ofrecen un óptimo rendimiento con bajo consumo.

Iluminar el comedor

Para iluminar correctamente el comedor, lo mejor es optar por la luz directa en forma de lámparas de techo que alumbren la mesa sin molestar a los comensales y no produzcan sombras. Para ello, elige modelos con pantallas opacas o matizadas que eviten deslumbramientos y procura que quede alrededor de 80cm. por encima de la mesa para que nadie pueda golpearse por ponerse de pie. Si la mesa es redonda, te bastará con una sola lámpara, pero si es alargada es posible que necesites más de una.



GANAR LUMINOSIDAD

La luz natural es un lujo en decoración, pues logra recrear atmósferas frescas y naturales, que irradian energía y optimismo. Aunque las entradas de luz son las que son, hay muchos trucos y soluciones que permiten potenciar la luminosidad, tanto con los colores como con los materiales del mobiliario o los revestimientos.

Tonos claros

La gama cromática es la clave para multiplicar la luz de una estancia: elige colores claros  en la gama de los tostados, crudos o blancos rotos, tanto en las paredes como en las tapicerías. El blanco puro, a pesar de ser el color que mejor refleja la luz, no está recomendado en estancias sombrías, pues provoca sensación de frialdad.
Potencia la luz natural con muebles que la reflejen, como lacados en brillo, metales, cristal…

Ventajas libres

Se trata de dejar libre el paso de los rayos del sol, así que conviene mantener las ventanas o balconeras despejadas. Si tienes que poner delante de la cristalera un sofá, elige un modelo de respaldo bajo. A la hora de elegir las cortinas o visillos, decántate por tejidos livianos como el hilo, la organiza o la seda, que apenas tamiza la luz.

Piezas bajas

Para conseguir que la luz llegue hasta el último rincón del salón, resulta eficaz decantarse por un mobiliario ligero y, sobre todo, de baja altura. Son muy prácticas las librerías sin trasera, las mesitas auxiliares de tijera o con las patas metálicas o los sofás de líneas rectas elevados sobre patas, mesitas nidos y piezas multiuso. Si necesitas espacio para mobiliario importante, como una biblioteca o un armario, adósalos siempre a las paredes más grandes de la estancia, de esa manera no entorpece el paso de la luz. Si puedes, píntalos o lácalos del mismo color que la pared.

Suelo brillante

El pavimento juega un papel clave. La luminosidad de los tonos claros se verá multiplicada si eliges un material pétreo o cerámico en acabado brillo, pues conseguirás un interesante efecto espejo. Puede ser un mármol en color marfil, un granito gris perla o un porcelánico pulido en un tono crema.

Buenos aliados

Cristal: Tanto en su versión transparente, como translúcida. Lo puedes utilizar en las mesas, de centro o auxiliares, pero también en las puertas, para que la luz fluya entre estancias.
Lacados: La superficie brillante de la laca consigue reflejar muy bien la luz, especialmente en el caso del blanco.
Forja y acero: Las piezas de hierro o metal transmiten una gran sensación de ligereza pero también de frialdad, al tiempo que permiten el paso de la luz.
Algodón, piel y fibras: Estas fibras consiguen ambientes frescos y muy  naturales.



DISEÑAR EL COMEDOR

¿Independiente o compartiendo estancia con el salón o incluso con la cocina? ¿Clásico, contemporáneo, rústico, colonial? Varias son las cuestiones a abordar antes de decidir el equipamiento definitivo. Te damos las claves para acertar.

Independiente

La mejor opción para comedores de sabor tradicional, la principal ventaja de destinar una habitación exclusivamente a este uso es que no debe compartir estilo con ninguna otra zona. No obstante, hay que tener en cuenta que, en pisos en los que no sobran los metros, cuanto mayor es la compartimentación por estancias, menor es el tamaño de éstas.

Compartido

Sin duda, el principal aliciente de que comedor y salón compartan un mismo espacio es la sensación de amplitud que se genera al evitar tabiques y separaciones. Para mantener la identidad de uno y otro espacio aunque compartan estilo, aprovecha recursos arquitectónicos como arcos o pilares, muebles que funcionen como separadores o los puedes disponer de forma que se cierren sobre sí mismos.

Es tendencia

Aunque no sea algo nuevo, ya que antiguamente lo tradicional era que el comedor se encontrará dentro de la propia cocina, una de las corrientes más fuertes en el interiorismo actual es diseñar el comedor compartiendo estancia con la cocina. Resulta más cómodo a la hora de las comidas, le da un carácter lúdico a su preparación cuando se tienen invitados y hay programas de mobiliario de cocinas en cualquier estilo decorativo.

Cuestión de estilo

Además de una cuestión de gusto personal, el estilo del mobiliario dependerá también del espacio disponible. Y es que, si se tienen pocos metros, es recomendable elegir muebles de líneas rectas y poco voluminosos, así como centrarse en los elementos esenciales. De hecho piezas más majestuosas, propias de un comedor clásico, en el que las protagonistas son las sólidas estructuras de madera maciza tallada con motivos florales y acabado dorado, sólo son aconsejables cuando no hay problemas de espacio.

A doble altura

Una manera de disfrutar de la amplitud que confiere un comedor que comparta estancia con el salón manteniendo al mismo tiempo su propia independencia es situarlo en un nivel más elevado que el anterior.



AMUEBLAR EL COMEDOR

Si bien las piezas fundamentales son la mesa y las sillas, hay algunos elementos, como los aparadores, las vitrinas o los carritos de servicio que harán más cómodo y funcional el comedor. Al elegirlos, considera su capacidad, dimensiones y estilo.

Aparadores

Los bufés tienen su origen en Francia en el siglo XVIII. El nombre hace referencia al aparador sobre el que se le ponía la comida para ser servida al público. Es por eso que suelen ser de una altura similar a la de la mesa, por lo que resultan perfectos para ofrecer una adecuada capacidad de almacenaje en el comedor y, además, una superficie libre adicional que ayude en el servicio de mesa.

Capacidad

Antes de decidir el número de piezas de mobiliario que dispondrás en el comedor, ten presente que debes dejar pasos cómodos entre ellos, de al menos 90cm. Asimismo, al elegir la mesa y las sillas, calcula que, para que los comensales estén cómodos, deben disfrutar de un hueco mínimo de unos 50cm. de ancho.

Bien delimitado

Una alfombra que enmarque la zona de la mesa y las sillas no sólo  dará calidez a este ambiente, sino que mejorará su comodidad. Al seleccionarla, ten en cuenta que sobresalga lo suficiente para que las sillas no queden fuera al retirarlas de la mesa y procura que sea de un material lavable. Los modelos de lana son ideales para ambientes clásicos, y los de fibras vegetales, para los actuales.

Bien equipado

El comedor clásico, heredero de una época en la que no había problemas de espacio, incluye, además de la mesa y las sillas, un aparador bufé para el servicio de mesa y una vitrina alta para exponer la vajilla y la cristalería.

Una vitrina para cada casa

No sólo son los elementos más decorativos del comedor gracias a sus frentes de cristal, sino que presentan la clara ventaja frente a otros elementos como las estanterías de que, al ser cerradas, impiden la entrada de  polvo y los objetos guardados en su interior están protegidos. No obstante, las clásicas vitrinas de madera y cristal, que siguen ocupando un lugar preferente en los interiores más tradicionales, no encajan en las viviendas más vanguardistas. Por lo tanto, ha sido necesario adaptar este mueble a los tiempos que corren y los gustos actuales.


LA MESA IDEAL

Centro neurálgico del comedor, en torno al que se organiza todo, la mesa ideal es la que se adapta tanto al número de comensales que deba albergar como al espacio disponible. Analizamos las formas, materiales y los diseños más versátiles.

Participativa

La mesa redonda es la más dinámica y la que mejor fomenta las conversaciones entre los comensales, sobre todo porque no tiene cabeceras y el centro está al alcance de todos por igual. No obstante, los modelos de mayor capacidad ocupan mucho espacio y, a la hora de servir la comida, puede llegar a resultar algo complicado.

La más popular

La mesa rectangular es la más popular, ya que permite albergar una gran cantidad de personas y resulta más cómoda en pequeños espacios, ya que se puede adosar a una pared. En cuanto a las cuadradas, combinan las características de las redondas con la practicidad de los ángulos rectos, al tiempo que son más actuales.

Formas ligeras

Los nuevos materiales y métodos de fabricación permiten realizar piezas de diseños sinuosos como podría ser una mesa con base realizada en Cristalplant, una resina termoplástica con cargas minerales y sobre de mármol.

Mesas extensibles

Las mesas plegables o extensibles son perfectas tanto en el día a día como en ocasiones especiales, cuando el número de comensales aumenta. Existen diversos mecanismos de pliegue, extensión y apertura que conviene analizar.
Las hay que incorporan un sobre partido por la mitad, asentado sobre rieles, de modo que se separan las dos partes cuando queremos abrirlo y en el centro aparece un suplemento para ampliar las superficie, un mecanismo adecuado para mesas redondas y ovaladas. En el caso de las rectangulares, una opción similar son las alas en los extremos. En modelos cuadrados, destacan las mesas de libro, con un tablero doble plegado, que duplica la capacidad del mueble cuando se abre.



TODAS LAS SILLAS

A la hora de adquirir las sillas del comedor, deber combinar más que con ningún otro mueble funcionalidad, comodidad y equilibrio. Analiza el espacio de que dispones, el estilo que más te gusta y decide cuál de estos modelos te encaja mejor.

Buenos materiales

Hoy día, la gama de materiales en los que se fabrican las sillas es muy amplia: maderas, metales, polipropileno, piel  y tapicerías son algunos de los más habituales. De la combinación de estos materiales nace una silla adaptada a cada espacio y ambiente.

Para gustos, colores

Si se combina una mesa de comedor con sillas diferentes, hay que utilizar un hilo conductor para crear el conjunto.

Tapizadas

Cuando un comedor comparte espacio con el salón o un rincón de estar, las sillas más recomendables son las de asientos y respaldos tapizados, también las más cómodas. Las sillas de comedor altas y tapizadas en tejidos  claros configuran un estilo elegante; en cambio, las de tela estampada y respaldo abierto van mejor para un comedor informal.

Clásica y actual

Además de estar de plena moda, las sillas transparentes aligeran la decoración de la estancia. Asimismo, se adaptan a cualquier ambiente de forma natural, ya que hay modelos que incluso reproducen diseños antiguos como los clásicos Luis XV.

Extra de confort

Inventadas en  Francia en el siglo XVIII, las sillas con brazos tienen más presencia, además de ser más confortables. Puedes colocarlas en las cabeceras de las mesas de comedor rectangulares u ovaladas y tienen la ventaja añadida de que pueden llevarse a cualquier rincón de la casa: el recibidor, el salón, el dormitorio o en el vestidor.
Alternar distintos modelos de sillas en torno a la mesa aporta dinamismo y un aire informal  a la composición.

Apilables

Perfectas para disponer de una buena cantidad de asientos en espacios pequeños, las sillas apilables diversifican sus diseños y materiales. Pueden ser de tela, piel, plástico o cuero rectificado.



TOQUES DE ESTILO

¿Qué es lo que hace que una casa rezuma estilo por los cuatro costados o bien sea completamente anodina? Seguramente en ello tiene mucho que ver el amor por los pequeños detalles, por aquello que no salta a primera vista, pero que se aprecia en el conjunto. Te damos algunas claves para dar un toque único a tu salón.

Alfombras singulares

Las alfombras se han utilizado desde tiempos inmemoriales para abrigar el suelo y crear un ambiente más envolvente. Pero además de su aspecto funcional, juegan un papel fundamental en la decoración. Además de los modelos clásicos y elegantes, se encuentran diseños muy actuales, firmados por artistas reconocidos. Poner un toque de contraste con una alfombra singular, permite dar un giro espectacular a la decoración.

Obras pictóricas

Cuando se trata de personalizar un ambiente y darle un estilo propio, un recurso infalible consiste en decorar con obras pictóricas. En este sentido, es importante elegir bien el marco, que debe estar en consonancia al estilo del cuadro. En ambientes actuales, es posible exponer las obras de gran formato apoyadas en el suelo, lo que permite variar su ubicación fácilmente. Otra posibilidad es decorar con fotografías. Aprovecha para unir varias de un mismo estilo y crear una composición armónica y efectista. Las fotos en blanco y negro garantizan un plus de estilo.

Cojines y plaids

Elegir una tapicería lisa en un color claro para los sofás de salón nos garantiza un fondo neutro para poder disponer las notas de color y contraste en los complementos decorativos y textiles. Poner énfasis en los detalles pequeños, en lugar de en las piezas grandes, contribuye a lograr un ambiente sereno y equilibrado, sin perder un ápice de dinamismo. En este sentido juegan un papel destacado, los cojines y plaids. Aquí se puede ser excesivo, combina varios lisos y estampados, y de diferentes texturas. Pondrán un toque cálido en el salón.
Cómodas singulares: Hay piezas de mobiliario que ponen el toque único y singular en un ambiente. Piezas antiguas, muebles recuperados y a los que hemos dado un nuevo acabado o diseños sorprendentes que reinterpretan los diseños clásicos, pero los actualizan con el color.
Espejos: Elige uno con el marco especial para realzar una zona de paso o un rincón desaprovechado.
Iluminación teatral: Los puntos de luz son muy importantes, para realzar el estilo decorativo del salón. No obstante, siempre se puede destacar una zona de lectura o descanso con una iluminación singular.



ESTILO EN LAS PAREDES

El envoltorio de un espacio, esto es, las paredes, marcan de forma importante la decoración del salón. Con pintura, papeles pintados, frisos, zócalos, etc., el acabado de las paredes crea una riqueza decorativa de primer orden y sirve para complementar el aire que queremos darle a un espacio. Los nuevos acabados de pintura decorativa facilitan una labor que antes era artesanal.

Papel pintado

Las paredes ofrecen un montón de posibilidades para enriquecer decorativamente el ambiente del salón. Podemos cederle todo el protagonismo, eligiendo un papel pintado exuberante. En estos casos conviene decantarse por tapicerías lisas, que contrarresten su peso visual. Ten en cuenta que el pintado vuelve a vivir una época de esplendor, por lo que las firmas tienen un sinfín de propuestas en múltiples estilos, desde los más clásicos a los más modernos, firmados por artistas o diseñadores.

Frisos

Para proteger la parte inferior de la pared de las rozaduras o los posibles golpes, una buena idea es crear un friso decorativo. A la hora de diseñarlo tienes bastantes posibilidades: se pueden combinar dos tipos de papel distintos, estampado y liso. Esta combinación resulta especialmente atractiva, por el acierto en el coordinado y porque el tramo liso en un tono más sobrio como es el gris “aligera” visualmente el conjunto. Además del papel, el friso se suele realizar con lamas de madera (barnizada, pintada o lacada) i con telas resistentes (como la arpillera o la franela).

Pintura decorativa

Otra alternativa para “vestir la pared” se encuentra en las diferentes técnicas de pintura decorativa. Estucos y veladuras consiguen matices y texturas que dan una gran riqueza a la pared, de forma que ésta adquiere un protagonismo inmediato. Existen muchas opciones, desde las que descansan en la aplicación artesanal basada en técnicas tradicionales –que resulta muy elaborada y por tanto, costosa económicamente- a las nuevas fórmulas, que vienen preparadas de serie por el fabricante, de forma que han abaratado considerablemente su coste final.

Mural personalizado

Si de personalizar se trata, hay que hablar de la posibilidad de imprimir cualquier fotografía que nos guste, de nuestro propio álbum, sobre un revestimiento de papel. Esa foto personal se puede convertir en un gran mural con el que poder revestir una zona del salón o el comedor.

Fuente:  Casa y Jardín
Más información:  www.baixmoduls.com